La idea de "ventana anabólica" es el período de tiempo tras la
finalización del ejercicio físico en el que nuestro organismo se
encuentra más «receptivo» para asimilar los nutrientes necesarios para
recuperarse del esfuerzo.
Con esto se pretende:
las adaptaciones musculares producidas mediante el ejercicio
y facilitar la reparación del tejido dañado.
El periodo post-ejercicio es considerado como el momento crítico en la alimentación de un deportista,
Teóricamente, consumir la proporción adecuada de nutrientes tras la
sesión no solo va a favorecer la reconstrucción del tejido dañado y la
restauración de las reservas energéticas gastadas, sino que va a
permitir al organismo entrar en un estado de supercompensación que mejorará la composición corporal, sobre todo con el incremento de la masa muscular, y el rendimiento físico.
En este sentido, se ha hecho referencia a la “ventana anabólica de la oportunidad”,
donde existiría un tiempo limitado después del entrenamiento para
optimizar las adaptaciones musculares producidas con el ejercicio.
Sin embargo, que el consumo inmediatamente después del ejercicio sea
esencial para un incremento de la hipertrofia muscular y, por tanto, la
existencia de una “ventana anabólica de la oportunidad” parece estar lejos de la realidad.
Por ello nos plantearíamos: el consumo antes del ejercicio, ¿influirá?
Es común en aquellos deportistas cuyo objetivo es el incremento de la
masa y/o fuerza muscular realizar una comida 1-2 horas antes del
entrenamiento con el fin de mejorar el rendimiento.
Dependiendo de la cantidad y la composición, dicha comida podría hacer
las veces tanto de comida pre- como post-ejercicio, ya que el periodo
para su digestión/absorción puede persistir hasta después de finalizar
la sesión.
Por tanto, la ingesta de proteínas inmediatamente después del ejercicio
con el objetivo de atenuar la fase catabólica podría resultar
redundante, siendo probablemente suficiente con una comida rica en
proteínas 1-2 horas después de la sesión para favorecer la recuperación y
la fase anabólica.
Por tanto, y en base a la evidencia científica disponible, parece
descartarse la existencia de una ventana anabólica que precise consumir
hidratos de carbono y proteínas inmediatamente después de la realización
de ejercicio físico a fin de optimizar al máximo los beneficios del
entrenamiento. Bastaría con una buena comida abundante en
macronutrientes incluso un par de horas después de entrenamiento.
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